RimWorld no es únicamente un simulador de colonias. No se trata simplemente de construir una base eficiente, optimizar la producción de recursos o defenderse de ataques. En esencia, es un generador de historias, donde cada decisión, cada evento aleatorio y cada pequeño desastre moldea una narrativa única que solo existe en tu partida.
Mi experiencia con el juego es un reflejo de esto. Desde los primeros intentos caóticos, donde no entendía bien las mecánicas y mi colonia terminó en un desastre total, incluso mis partidas más avanzadas donde la historia y el roleplay se convirtieron en el centro de todo. Lo fascinante es cómo el juego se adapta a tu estilo: si querés jugar de manera estratégica, hay herramientas para eso. Si preferís dejarte llevar por los eventos y reaccionar sobre la marcha, el AI Storyteller se encarga de mantener la experiencia dinámica e impredecible.

La rejugabilidad es su mayor fortaleza. En mis 750 horas de juego, cada partida fue distinta. En mi colonia más longeva, «Mike» y «Yoshi« se convirtieron en la piedra angular de la comunidad. «Mike» el líder de la colonia, parte de los colonos originales y el único que aun vive. «Yoshi«, un personaje rescatado en plena adolescencia que creció y terminó formando una familia dentro de la colonia, expandiendo su legado a través de generaciones. Sus creencias y valores se transformaron en la base de una religión que definió la manera en la que rescatan y aceptan a otros colonos. Historias como esta no están predefinidas en el juego, emergen naturalmente, haciendo que cada jugador viva su propio RimWorld.
Pero, el juego no es perfecto. Las partidas largas con mapas grandes o muchos mods pueden volverse pesadas y hacer que los tiempos de carga se alarguen. Además, los DLCs, si bien agregan mucho contenido, tienen precios algo elevados. Pero en términos de jugabilidad y narrativa emergente, pocos juegos pueden igualarlo.
Recomendaría RimWorld a cualquier persona con imaginación y ganas de sumergirse en un juego donde la historia no está escrita de antemano, sino que se desarrolla con cada evento aleatorio. Si te gusta el desafío, la estrategia y la posibilidad de ver cómo tus decisiones impactan el destino de tu colonia.
RimWorld no es un juego que se «termina». Es un juego al que siempre volvés.






















